martes, 30 de octubre de 2012

A tí Padre Zegrí.

  11 de Octubre Fiesta Mercedaría en recuerdo del padre Zegrí


Los días 8,9, y 10 de Octubre fueron preludio celebrativo en toda nuestra Congregación, del día señalado por la Iglesia para recordar y festejar la figura  de Nuestro Padre fundador. Su persona y su entrega en esos días se hace más nítida, si cabe, para nosotras, Las huellas de sus pies en la historia, en bien de los más pobres, dejaron tras sí semillas de la caridad redentora, que redime y salva, y son las que acompañan nuestros caminos para hacerlo todo en bien de la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios como él hacía.

De su corazón inflamado en el amor de Dios, brotaba la caridad samaritana con los más pobres y necesitados. Enviado por el Espíritu y por el carisma recibido, bajo la protección y empuje de nuestra Madre de la Merced, vivió la generosidad total, entregando sus bienes, no solo las riquezas personales, sino hasta los bienes materiales para sanar lo que  de dolor hubiera en los pobres de su tiempo.


Fundar nuestra Congregación en alas  redentoras, fue la estrella que iluminó su vida. De esa chispa nacimos las Mercedarias de la caridad. Su impulso de caridad  conquistó las ilusiones de muchas jóvenes  que se dejaron seducir por el Señor, jóvenes que siguieron su carisma recien germinado en lo más hondo de su corazón y se entregaron a Dios para seguir buscando por los caminos del mundo a todos los crucificados de la tierra, y comunicarles los frutos de la redención 


 
                                       
Y cruzamos mares con esa clave ardiendo en nuestro corazón.

 


La misión ad gentes fue una prioridad en los primeros momentos de Fundación de la Congregación, porque la caridad, como él decía: No tiene patria. Y lo es también ahora, porque el P. Fundador nos envió hasta los confines del mundo para no dejar, si posible fuera, un solo ser abandonado, afligido y sin recursos.



Pero el Espíritu del mal,  entró también en nuestra debilidad y pobreza, de manera que el Padre fundador fue apartado de su obra por las mismas hermanas a las que él con generosidad, había entregado no sólo su amor de padre y fundador, sino la confianza total para llevar adelante el carisma.
Fue postergado y abandonado, herido en su ser personal y en lo más genuino y amado para él como era su propio sacerdocio.
Apartado de la Congregación por la Iglesia, se dedicó a sus labores pastorales y a buscar la verdad para que  su vocación sacerdotal no quedara mancillada. Escribió una maravillosa carta a la Congregación, herencia y testimonio de su amor y de su dolor, afirmando, con todo el ardor de su corazón que “no renunciaría jamás a ser nuestro Fundador”


Hoy las Mercedarias estamos extendidas por el mundo, la ilusión del amor maduro de 134 años de entrega al ” bien de la humanidad en Dios por Dios y para Dios”, ha extendido sus brazos En cuatro  continentes en servicio de caridad para hacer bien a todos.


Nuestro distintivo es la caridad, la alegría, su resplandor, la mansedumbre, su manifestación más genuina, y en el rostro siempre la luz de la belleza del amor de Dios y de todos los valores humanso que puedan proyectar el mismo amor de Dios en el mundo...

                                                                            




La congregación, y nosotras mismas, estamos siempre abiertas a que esa llama prenda en aquellas personas que quieran acompañar o compartir nuestro carisma...¿Quieres? 

                                                                                          P.S